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Víctimas del futuro – Adiós al liberalismo: en busca de la confianza perdida (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Simplemente la experiencia de puntocom y la del crédito
legitiman el debate de
cuál será la siguiente explosión de euforia
irracional, y, sobre todo, si la explosión de ésta
última burbuja está abonando el terreno para otra.
Y, de momento, muchos ojos se están centrando en la
deuda
pública. Esto es, la deuda que emiten los Estados para
financiar sus gastos e inversiones, y
cubrir los déficits presupuestarios en los que incurren
año a año. La emisión de deuda se ha
disparado en las últimas semanas, porque los Gobiernos
tienen que financiar los rescates del sistema bancario
y los planes de estímulo fiscal para
impulsar la demanda. Los
bancos
Société Générale y Goldman Sachs
prevén una emisión cercana al billón de
euros durante 2009 en la eurozona, y de en torno a 2
billones de dólares en EEUU.

La turbulencia financiera estadounidense del año
2008 será memorable: la implosión de la burbuja
hipotecaria, el desquiciado apalancamiento de activos y el
delirante desfile de salvatajes, han llevado a la economía
mundial a una crisis que
conmueve las bases de la arquitectura
económica internacional.

Estados Unidos se ha convertido en un país
especializado más en hacer papel que cosas y eso ha hecho
que Wall Street haya inventado cada vez más activos y
obligado a Main Street a invertir en ellos, endeudándose
cada vez más. De lo que no se dieron cuenta es que las
atractivas rentabilidades necesitaban la inclusión de
nuevos jugadores y de la producción de más papel. Para peor,
otras grandes economías han seguido el mismo
camino.

Lo que no se reconoció bien es que estas políticas
eran huecas, autodestructivas y destinadas en último lugar
a lo que siempre fueron: esquemas Ponzi (estafas piramidales).
Existen varios ejemplos (el de Bernard Madoff, por pillarnos
más cerca, aunque hay muchos otros tan culpables como
él), pero hay uno que explica a la perfección el
fraude piramidal
de la economía: uno sólo tiene que ver que
ha pasado en el mercado
hipotecario para entender las similitudes.

La peor crisis económica desde la Segunda Guerra
Mundial ha otorgado a los Gobiernos de todo el mundo un papel
clave en la supervivencia del sistema bancario internacional. La
quiebra de Lehman
Brothers fue la primera pieza en caer de un dominó
construido sobre un terreno pantanoso. Desde entonces, la amenaza
de un colapso total de la economía financiera
impulsó a las autoridades gubernamentales, con independencia
de su orientación política, a tomar
medidas urgentes para evitarlo.

Estados Unidos, Reino Unido, Francia,
Alemania,… procedieron así al
rescate de muchos bancos y asimilados, dedicando para ello una
ingente cantidad de recursos
económicos que muchos discuten si no estarían mejor
empleados en apoyar la economía real. Inyecciones de
liquidez, aportaciones de capital,
avales, etcétera (incluyendo en el etc., ni más ni
menos, algunas nacionalizaciones… que
continúan).

Pocas fueron las entidades que quedaron fuera de la
intervención directa de los Estados. Aparentemente las
más saneadas. Sin embargo acontecimientos recientes
(16/1/09) han cuestionado esa aparente fortaleza, que ahora cobra
más fuerza tras el
salvavidas lanzado, a Bank of America y deja una pregunta en el
aire:
¿Puede la banca sobrevivir
a la crisis sin el colchón de las ayudas
públicas?

Al desmoronarse el círculo vicioso
inflación de deuda-revalorización de activos, los
estadistas del bienestar y sus banqueros centrales aceleran el
proceso de
inflación monetaria, tratando de compensar el desinflado
de la(s) burbuja(s) que arrastran consigo la riqueza virtual
creada artificialmente y cuyo destino último es
convertirse en sumidero(s) financiero(s). Este esquema piramidal
globalizado ha alcanzado tal surrealismo
que estados y bancos centrales se reconvierten en prestamistas de
última instancia. La pirámide no puede adelgazar,
debe seguir ensanchando. "Rescates" aparte, la tasa de
inflación de deuda norteamericana crece más del 9%
anual desde 1980. Incluyendo compromisos socio-sanitarios, en
endeudamiento total de EEUU ronda el 500% del PIB, creado en
su mayoría en los últimos 30 años,
más que doblado desde el año 2000.

The party is over

La fiesta ha terminado. Se apagan los ecos del
"último tango"… en
Wall Street. Grandes dosis de despreocupación,
autosatisfacción y cinismo… han derivado en una
economía "sin responsables". Una economía de "call
centers" (nadie sabe dónde están, ni quién
los atiende). Así y todo, algunos mitos
económicos comienzan a caer. Posiblemente, uno de ellos
(eso espero) sea el del librecambio.

Cuando la
globalización nos la prometía tan felices,
cuando la tierra era
plana… con la "falacia" de la libre circulación de
mercancía (que sólo fue parcial y sesgada), con la
"promesa" (espejismo, timo) de la libre circulación de
trabajadores, se impuso (único fin cierto, primigenio y
constatable) la libre circulación de capitales. Eso era lo
que verdaderamente interesaba a los "amos del mundo". Lo
demás eran espejitos de colores para
entretener a la "manada" (gilada). Peanuts.

Ahora, que se ha constatado que la globalización lo único que ha
globalizado han sido las pérdidas (repartido la mierda,
digamos), un efecto "esperable" del coito interruptus, tal vez
sea (eso anhelo) el regreso del proteccionismo.

¿Estamos llegando al fin del capitalismo?
Quizás no, pero es probable que estemos ante el fin de
cierto tipo de capitalismo, el financiero y especulativo, que ha
crecido demasiado en las dos últimas décadas, y la
crisis actual sólo una elocuente expresión de ello,
aunque no la única. Las causas de esta crisis tienen
raíces muy profundas, tanto en el sistema
financiero, como en los estilos de vida y consumo.

El capitalismo puramente financiero es amoral. Es hora
de "volver a creer" en el capitalismo del esfuerzo y del trabajo. Se
debe moralizar el capitalismo. Refundarlo. Eso no quiere decir
destruirlo. Destruirlo es dar un paso atrás, renunciar a
todo lo hecho. Pero, o lo refundamos o se
destruirá.

El fin de la
economía "low cost"

Cuando las empresas
inventaron el "outsourcing"
(deslocalización), hijo bastardo de la
globalización, hicieron creer a los trabajadores que
perdían sus empleos, que ayudados por el menor costo de los
productos
(ahora importados) y el auxilio del crédito (entonces
ilimitado y barato) podrían seguir "enganchados" (adictos)
al "consumismo feliz".

Ahora, frente a la crisis, los ex-trabajadores
(desocupados), no tienen ni fábricas, ni créditos. La sociedad de
consumo se ha esfumado, como lo hicieron los capitales de las
"catedrales" bancarias de Manhattan.

Ahora, frente a la crisis, esas empresas
"deslocalizadas" comienzan a abandonar el barco (países
emergentes), dejando a los "nuevos" trabajadores en una
situación tan cercana a la pobreza
original que, más de uno de ellos, se estará
preguntando si todo habrá sido, únicamente, una
ilusión óptica
(ahora, una pesadilla).

El "low cost" sólo ha enriquecido a las empresas
deslocalizadas. Ni los "nuevos" trabajadores, ni los "viejos"
trabajadores han participado del festín, ficticio, de una
economía "sin barreras".

Detrás de esta crisis se esconde una
patología del consumo en las familias, que se ha extendido
desde el capitalismo norteamericano a todo el Occidente opulento.
El endeudamiento excesivo de las familias americanas ha creado un
terreno frágil, que se ha hundido bajo el peso de la
crisis de las hipotecas de alto riesgo. La
hipoteca sobre la casa ha venido a añadirse a una serie de
endeudamientos en una cultura que
privilegia el consumo aquí y ahora, y que ha olvidado el
valor del
ahorro,
también el sentido ético.

En realidad, cada vez más el consumo se ve
apremiado y drogado por un sistema económico y financiero,
y los medios de
comunicación son cómplices de ello, que induce
a las familias a endeudarse por encima de sus reales
posibilidades de restituir el crédito.

La crisis actual, pues, puede ser una buena
ocasión para reflexionar en profundidad sobre el estilo de vida
insostenible que el capitalismo financiero actual ha determinado.
Y no se trata de imaginarse una economía sin bancos. No.
La banca y las finanzas son
demasiado importantes como para dejársela sólo a
los especuladores. Una buena sociedad no se hace sin banca ni
finanzas, sino con una buena banca y unas buenas
finanzas.

De la economía "low cost" fuimos todos
responsables (culpables). Las empresas por buscar la rentabilidad
por encima de la responsabilidad, seguridad,
transparencia y sostenibilidad. Los gobiernos por transitar
frívolamente por la senda de un crecimiento
económico electoralista, demagógico y corrupto.
Los consumidores por atragantarse con cuanto producto o
servicio le
ofrecieran, al mínimo costo y con grandes facilidades, por
encima de sus posibilidades y sin mirar el origen. En esa
irresponsabilidad (inmadurez) atropellaron, inconscientemente,
hasta sus propios empleos. Para ser consumidores "Todo a 100",
aceptaron sustituir empleo por
crédito.

La culpa la hemos tenido todos: los bancos por animarnos
a consumir lo que no teníamos y nosotros por creerlo.
Durante muchos años ha imperado la máxima del "todo
vale" y ahora lo estamos pagando.

De modo que estamos ante un reto cultural y
antropológico, y para afrontarlo se requiere un compromiso
de todos, dentro y fuera de los mercados.

¿Del
neoliberalismo al neoproteccionismo?

Salir de la crisis inyectando dinero debe
hacerse con inteligencia.
Y eso significa que los gastos deben ser inversiones. Deben ser
sostenibles para que no se limiten a lanzar dinero a los problemas,
sino utilizando, en cambio, esos
fondos para poner los cimientos de un futuro más estable y
próspero.

Ninguna nación
se ha librado, pero las más pobres son las que sienten
más intensamente esos golpes. Si no se aborda
correctamente, la crisis financiera se convertirá en la
crisis humana del futuro. Los disturbios sociales y la
inestabilidad política aumentarán y
exacerbarán todos los demás problemas. En
última instancia, el peligro es una serie de crisis en
cascada, cada una de las cuales nacerá de las otras, con
consecuencias potencialmente devastadoras para todos,

La crisis es ya una realidad palpable para casi todos
los países. Y echarle la culpa al mundo es tan falso como
injusto. Hay culpables de primera (los acreedores /
especuladores), de segunda (los deudores) y de tercera (los
gobiernos cómplices).

Luego están las "víctimas del futuro" (los
Santos Inocentes). Aquellos que sin saber nunca lo que era una
hipoteca subprime, ni una titulización, ni los
estructurados, ni los fondos de retorno absoluto, ni los CDS,
SIV, conduits, OTC, u otras "sopas de letras", impresentables e
incomprensibles, hasta para sus propios inventores, ha sido
barridos por el tsunami financiero aunque vivieran a más
de 10.000 kilómetros de la Gran Manzana.

Si en las "buenas" no vieron una y en las "malas"
quedaron culo pa"arriba, ¿no será hora de
cuestionar los "beneficios" del modelo
neoliberal? El modelo del "todos ponen" y el "ganador se lleva
todo", ha fracasado. La tierra no es
plana (y nunca lo será). El "fin de la historia", es una falacia (y
continúa). Las asimetrías económicas no se
compensan. Los "súper" beneficios no se redistribuyen y la
distancia entre pobres y ricos se agigantan.

Han fracasado la liberalización, la privatización y la desregulación. Y
para más INRI el "pagano" de la quiebra vuelve a ser
el Estado (o
sea, todos los ciudadanos). La mayor "socialización" de las pérdidas de la
historia. Un "final de la historia" (ahora, sí)
francamente surrealista, grotesco, absurdo, sarcástico. No
alcanzan los soberbios, ni los ignorantes, ni los mentirosos,
para negar semejante evidencia.

La actual crisis financiera internacional exigirá
un cambio estructural (ahora, sí) y un nuevo equilibrio en
los papeles del Estado y del
Mercado (ahora, sí).

En el siglo XXI no hay una sola nación
que pueda decir qué hacer o pensar. No resulta aceptable
el status quo, ni el regreso al pensamiento
único. Una vez pasado el grueso de la crisis, no
sería aceptable que los mismos que la provocaron reclamen
a quienes han contribuido a superarla que se vayan.

Las principales consecuencias de esta crisis pueden
resultar el regreso del Estado como actor económico y el
fin de la ideología de la impotencia pública,
contrapartida del todopoderoso Mercado. Resulta curioso ver ahora
pedir socorro al Estado a quienes no querían oír
hablar de él.

El cambio de modelo económico no implica
nacionalizar la economía mundial, ni crear el capitalismo
de estado, sino que se trata de reequilibrar los roles
respectivos del Estado y del Mercado.

El librecambio no existe. Todo comercio es
manejado. De no ser así, los desequilibrios
demográficos y de riqueza no harían de la inmigración un fenómeno global
imparable, pese a las restricciones. Más de 200 millones
de personas trabajan fuera de su país, una cifra que no
tiene en cuenta a los que trabajan sin documentos ni a
los que emigran transitoriamente o a los que han regresado a sus
países. En el mundo hay más de 50 millones de
trabajadores indocumentados. La pobreza o las
aspiraciones de una vida mejor fuerzan la movilidad
global.

"Una nueva ola de proteccionismo cobra forma en todo el
mundo… Varios sectores empiezan a hacer cola en Beijing,
Bruselas y Washington, en busca de protección contra las
importaciones.
Esto ha ocurrido en otros períodos de
desaceleración, pero esta vez las restricciones pueden ser
más perjudiciales debido a la naturaleza
global de la crisis económica… Las
predilección actual por lanzar grandes paquetes de
estímulo fiscal también puede ir asociada al
proteccionismo, a medida que cada país busca asegurar el
beneficio de sus industrias…" (The Wall Street Journal –
12/1/09).

Palabras que no
existen

Los "amos del mundo" (Club Bilderberg, Council of
Foreign Relations, Trilateral…) dieron -oportunamente- la
instrucción (consigna) y los "profetas" (think tanks)
salieron a difundir (predicar) por el mundo el dogma de la
globalización.

Las "reformas estructurales" (control del
déficit público), la "flexibilización
laboral"
(despido libre), el libre movimiento de
mercancías (librecambio), el libre movimiento de capitales
(financierización), la desregulación, la
privatización… serían los motores de la
creación de riqueza, el crecimiento y la distribución.

Todo se quedó en la "creación de riqueza",
que luego se vio que era artificial, especulativa y fugaz. El
"desarrollo"
(crecimiento) fue parcial, sesgado, precario y leonino, y la
"distribución", ni se la vio, ni se la espera.

Los trabajadores "flexibilizados" no han recuperado
-jamás- los empleos perdidos. Los "agraciados", terminaron
aceptando (¿voluntariamente?) el "opt-out" (65 horas
semanales); como reponedores de Wal-Mart o como cajeros de
McDonald"s.

Las fábricas cerradas no volvieron a abrirse. La
revolución
tecnológica no alcanzó para todos. La
economía de servicios dio
para empleos de "usar y tirar", trabajadores de "lunes a viernes"
y un enorme "ejército en la reserva".

Una generación vio -con dolor- que nunca
podrían igualar los ingresos de sus
padres- Las mujeres -las mejor educadas de la historia- debieron
optar (¿voluntariamente?) por el hijo o por el trabajo,
cambiando maternidad por tarjeta de crédito y las tareas
del hogar por ser "sirvientas" de lujo en despachos de empresas,
aviones o buques. Dos empleos por el sueldo de uno. La gran
conquista de
los años 80/90 y subsiguientes.

La única forma de "completar" los ingresos, el
plan de
pensiones, pagar las deudas, era con dos trabajos (hombre y
mujer), con
créditos sobre créditos y… sin niños.
Un suicidio
universal.

Eso sí, siempre viviendo por encima de las
posibilidades. Esclavos de las "chucherías". Endeudados
hasta las cejas. Consumistas adictos. Anestesiados felices.
Zombis. Una enorme masa de consumidores, sin ideología,
sin dinero y sin objeto. Podría decirse, sin "sujeto".
Inexistentes.

Así fueron "matando" a la clase media
(donde la había). Así proletarizaron a los que
podían cuestionar al sistema (al menos, dudar). Una
lobotomía deliberada, planificada y ejecutada hasta el
exterminio.

Hoy los zombis deben por su casa más de lo que
vale la propiedad.
Pierden sus empleos. Entran en el futuro caminando hacia
atrás. No tiene explicación, ni consuelo. Tampoco
perdón. Han sido víctimas de su propia mediocridad
(gula). Se creyeron que con una tarjeta de crédito, un
carrito de supermercado, la tele (de plasma, por favor) y el
fútbol,
habían alcanzado la felicidad. Al menos la que le
ofrecían las "catedrales del consumo" (grandes almacenes) y las
"catedrales del crédito" (entidades
financieras).

Ahora descubren que por el paraíso ansiado tiene
una hipoteca subprime, han perdido uno de los empleos (si no los
dos) y no pueden bajarse de las "puntas del pie" porque se ahogan
en las deudas. Han cambiado "embarazos" por
"embargos".

Mentiras y mentirosos

Los "mentirosos" (una minoría) siguen bien, sus
pérdidas han sido compensadas y subsidiadas. Todo
perdonado. Todo bien. Las "mentiras" siguen ahí, en
cualquier momento les cambian el "empaque" y vuelta
a empezar.

Los "timados" (la gran mayoría), una sociedad
borreguil, pastueña, adocenada, capaz de tragarse
cualquier sable sin pestañear, todavía está
mirando de dónde vino el "cachetazo": ¿cómo
fue? ¿quién fue? ¿por qué a
mí? No pueden comprender (ni quieren creer) que les han
timado, robado la cartera, asaltado la ilusión, violado
sin erección (y además, sin
condón).

Los "socios del silencio" (organismos de control,
agencias de calificación, bancos centrales, autoridades
gubernamentales), invisibles, lacayos, serviles,
cómplices, corruptos, opacos… (podría
seguir). Bomberos pirómanos. Prestos en salir en ayuda
del… ganador (los mentirosos). Al fin y al cabo: ¿a
quién le "deben" el puesto? Lo único que han hecho
(aunque falta conocer el final) ha sido "licuar" la mierda,
"socializar" las pérdidas, "nacionalizar" los despojos y
"auxiliar" a los delincuentes.

El dinero que no alcanzaba (recordar las reformas
estructurales, el déficit cero…) para mantener el
estado del bienestar, la educación, la
salud, la
vivienda, las pensiones, la seguridad… (y podría
seguir), alcanza y se multiplica para subsidiar el "festín
de los corruptos". Para mantener la economía de casino.
Para continuar el espectáculo de la bolsa.

La globalización justa. Todos tan felices.
Empujando el carrito de la compra. Esperando la próxima
tarjeta de crédito. Soñando con el nuevo juguete
electrónico importado de China.
Indiferencia suicida.

¿El trabajo? ¿Qué trabajo? El
silencio de los corderos tiene final de
matadero…

¿Mejor inflación que producción?

¿Y si en vez de "darle" a la maquinita de
imprimir billetes, se ponen en marcha las máquinas
de producir bienes? De
mantequilla o cañones a… de billetes o camiones.
Del monetarismo al
estructuralismo (¿les suena?). Keynes,
vuelve, te han perdonado!

Tantos años "proscripto" y ahora de nuevo en las
librerías. Best seller. Como Marx.
¿Quién los hubiera dicho? El regreso de los
"apestados". ¿Volverán a estudiarlos en Columbia,
Harvard, o el London School of Economics? Y si no, al tiempo

¿Qué diferencia hay entre la propuesta de
Keynes de
cavar pozos y rellenarlos después, para dar trabajo
(demanda agregada)
y el lanzamiento de dinero desde un helicóptero (Bernanke)
para restablecer la estabilidad de los mercados (oferta
agregada)?

Por más que haya esperanzas en que esa
situación se invierta, en que las medidas puestas en
marcha por gobiernos e instituciones
consigan detener ese deterioro, lo cierto es que nada apunta a
que tal sea el objetivo
prioritario. Incluso cuando actualmente se salude a Keynes y al
"New Deal", en tanto ejemplo de políticas estatales que
consiguieron sacar de la depresión
a grandes estados, se hace con otro sentido. Aquel Keynes es
distinto del presente: el modelo keynesiano se centraba en la
economía real y era redistributivo a largo plazo. Lo que
estamos viendo es un modelo de defensa de los intereses
financieros. Este intervencionismo sólo pretende rescatar
los márgenes de negocio de las entidades
financieras.

Tal vez, Bernanke, Paulson y otros "cómplices" de
Wall Street (antes Greenspan, no olvidar), no quieran reconocer
(ni que les recuerden) que la impresionante "regadera" monetaria
es presagio de una alta inflación que terminará
propagándose por la economía norteamericana y
mundial. Una forma premeditada y alevosa de licuar las deudas
(pasivos) de las instituciones financieras, trasladando el
impuesto
inflacionario a la sociedad estadounidense y mundial (incluso a
las siguientes generaciones).

El próximo
escenario: una larga y dolorosa depresión mundial,
aranceles y proteccionismo

Ha finalizado el falso amanecer. La crisis del
capitalismo financiero anticipa una larga y dolorosa
depresión mundial.

El dilema del empleo llevará -más pronto
que tarde- a los países (o regiones) a restablecer (o
incrementar) aranceles y
practicar una política proteccionista que
disminuirá -sustancialmente- el comercio
mundial.

"Vivir con lo nuestro", será la divisa que
enarbolarán los "suspicaces" políticos
poniéndose al frente de la manifestación para que
(al menos) la misma no se los lleve por delante. Y el primero,
SuperObama.

Si éramos pocos (hace 10 años) los que nos
oponíamos a la globalización (mis Ensayos y
Papers son suficiente prueba), muchos menos, los que nos
animábamos a "discutir" el librecambio (también
tengo algunos escritos al respecto). Si se nos tildaba de "poco
modernos", por no festejar la globalización, se nos
trataba de "cavernícolas" si propugnábamos las
ventajas del proteccionismo. Los mitos del librecambio
amanecían en Occidente y se replicaban en Oriente.
Llegaban más allá que el sol.
Iluminaban todo el firmamento económico global.

Ni Smith (mal leído y falsificado), ni List
(¿alguno lo recuerda?), ni Keynes (ridiculizado),
tenían espacio en el "liberation management". La sociedad
del riesgo global representaba la cultura de la victoria. La
pantalla total facilitó la ilusión de la cual
sólo ha quedado una nueva era de las desigualdades. De la
"nueva" economía (ahora, huérfana) a los "nuevos"
pobres.

¿Cómo salimos de esto? Sálvese
quien pueda

Los japoneses están "volviendo" a la agricultura
(mira tú, por dónde). Se están preparando
para el paro
prolongado, para la pobreza, para la escasez.
Están intentando suplir a los ancianos agricultores por
jóvenes (urbanos) que llevan una década con empleos
precarios y temporales. Se están preparando para una
economía defensiva y de subsistencia. Justamente ellos,
que saben bastante de comercio
exterior. Tal vez por eso.

Los alemanes (y espero que con ellos, los europeos)
están "enterándose" en carne propia la levedad de
la cuota exportadora a los EEUU. De "socios comerciales" a
"durmiendo con el enemigo". Tanto sacrificio del empleo
(flexibilización, le llamaron los hipócritas) para
descubrir -tarde y mal- que ni siquiera ser el principal
exportador mundial garantiza la supervivencia del más
fuerte (¿o más débil?).

A los americanos, no les alcanzará el "shock"
vitamínico de SuperObama y pronto "descubrirán" la
belleza de los productos "Made in USA". Mejor el "obsoleto" Ford
(o Chevrolet), con empleo, que el "sofisticado" Toyota, Lexus,
Mercedes, BMW, Audi o Nissan, con crédito y
desocupado.

Nada nuevo, volver a la agricultura, a la industria.
Defender la producción nacional (o regional) y las
fuentes de
trabajo. Seguramente habrá algunos productos nacionales
que resultarán más caros que sus similares
importados (otros, no), pero la gente tendrá trabajo y
salario con los
que comprarlo (no crédito, sin trabajo). Cada cual
tendrá que atender su juego. La
prioridad debe ser el empleo y lo demás (inclusive el
Cielo) puede esperar.

Las multinacionales tendrán que volver a
acostumbrarse a que si les interesa algún mercado,
tendrán que instalar una planta industrial en ese
país (o región). La importación de los productos que puedan
fabricarse en ese país (o región) deberán
ser desalentados con altos aranceles y proteccionismo.

Los países (o regiones) acometerán
negociaciones "bilaterales" para establecer convenios comerciales
con otros países (o regiones) en función de
las necesidades y conveniencias nacionales. Intercambios
compensados, preferencias arancelarias, triangulaciones y
cupos.

Habrá países (o regiones) en los que
será más costoso (en términos relativos)
producir mantequilla que acero.
Habrá países (o regiones) donde se dará la
situación inversa. Podría llegar el caso
(sería deseable) que se establecieran convenios
bilaterales para establecer intercambios que optimicen los
términos. Siempre desde la óptica del empleo
nacional (o regional).

Lo que no puede ser admisible (como hasta ahora) es que
los países abran sus fronteras y supriman el
proteccionismo a cambio de la pérdida de
empleo.

Lo que interesa es el producto y no la productividad
(aunque no resulte "políticamente correcto").

Lo que interesa es el consumidor (en
tanto que trabajador) y no el consumismo (en tanto que mercado)
(aunque no resulte "políticamente correcto").

Lo que interesa es lo cualitativo y no lo cuantitativo
(aunque no resulte "políticamente correcto").

Aunque se "rasguen" las vestiduras no se
trataría, ni más ni menos, que de "volver" al
"sueño americano" (Yes, we can, SuperObama): en
términos modernos el sueño americano significa
"tener una casa propia, dinero en el banco, un gran
automóvil, electrodomésticos a granel, todo logrado
merced al ingreso de una sola persona en el
hogar" (de "Where we staid", Michael Wolf – 1992).

Porque el "sueño americano" ya no existe. Las
comodidades que los norteamericanos disfrutaron durante los
años cincuenta y sesenta paulatinamente fueron quedando
fuera del alcance de las generaciones de posguerra.

En la década del ochenta, a fin de satisfacer el
sueño irrealizado, todos los norteamericanos -los
consumidores, las compañías y el Estado-
recurrieron a los préstamos.

Hoy las expectativas del "sueño americano" se han
frustrado. Incluso se habla de que la nación se
está hundiendo en un pozo parecido al del Tercer Mundo y
entrando en un círculo vicioso de la pobreza.

Dice Ravi Batra ("El mito del
librecambio" – Vergara – 1993):

"La liberación del comercio ha sido el "leit
motiv" de la política comercial de los Estados Unidos
desde la guerra, y
finalmente han logrado su cometido la "agriculturización"
de la industria, en especial la manufacturera"…
(Pág. 84)

"No cabe duda de que Estados Unidos ha experimentado una
"desindustrialización" en gran escala. Empero,
la tesis no
explica el permanente deterioro del nivel de vida de los
norteamericanos. La desindustrialización no es una causa
de la disminución de los ingresos medios. Es una
sagaz descripción del proceso que llevó al
deterioro, no del factor causante, la verdadera causa es el
comercio libre"…

"¿Por qué se deterioró la base
industrial del país? La hipótesis de la desindustrialización
responsabiliza principalmente a las empresas multinacionales que
reubicaron sus fábricas en las naciones de Asia con salarios
más bajos. Esto es un hecho. Sin embargo las empresas
multinacionales no se hubieran ido si no hubieran estado en
condiciones de volver a importar sus productos a Estados Unidos.
Fue la progresiva caída interna de los aranceles aduaneros
lo que las alentó a invertir fuertemente en Asia. Por otro
lado las compañías norteamericanas tuvieron que
hacer frente a una intensa competencia
internacional que las obligó a emigrar hacia países
en los que había mano de obra más barata: si los
Estados Unidos hubiera persistido en su política
tradicional, propia de una economía cerrada, no hubiera
habido deterioro de la industria"…

Y finalmente concluye: "A esto debe sumarse la
restructuración de la industria y la pérdida de
empleos resultantes, causada por el auge de las fusiones de la
década del ochenta, y tendremos una explicación
completa de la sistemática disminución en el nivel
de vida norteamericano"… (Pág. 97)

La mayoría de los economistas admite que el
comercio puede perjudicar temporalmente a algunos trabajadores,
pero afirman que beneficia, sin lugar a duda, a los consumidores,
ya que las importaciones hacen bajar los precios y
ponen un límite a la inflación. Nada puede estar
más alejado de la verdad. Es un concepto
decididamente erróneo.

¿Acaso los consumidores son diferentes de los
trabajadores? ¿No son la misma gente? Desde la apertura de
la economía norteamericana al comercio libre en 1973, el
80 por ciento de la fuerza laboral ha soportado una brusca
caída en los ingresos reales. ¿Acaso la gente y sus
familias no son también consumidores?

En 1960, las importaciones industriales de EEUU
representaban apenas el 5 por ciento de la producción
nacional; en 1973, constituían el 14 por ciento; y en
1990, aumentaron hasta el 40 por ciento.

En 1980, trabajaban en la industria 21 millones de
personas; en 1991 sólo quedaban 18 millones, mientras que
la fuerza laboral aumentó 20 millones.

Miedos y represalias

¿Ustedes piensan que alguna empresa
multinacional estaría dispuesta a perder el mercado
estadounidense o europeo porque el modelo proteccionista la
compromete a instalar una industria local para atender la
demanda? Lo que le importa es la demanda y si para ello hay que
producir en el país (o región), las industrias
volverán -a cualquier costo- con tal de no perder el
mercado interior.

La mayor autonomía posible mejorará los
"términos del intercambio" y posicionará con mayor
firmeza a los países (o regiones) a la hora de entablar
negociaciones comerciales bilaterales.

Alguno puede preguntarse: ¿Por qué
"bilaterales" y no "multilaterales"? Porque al multilateralismo
(como a la OMC) "lo carga el
Diablo" (o sea, las multinacionales). En el multilateralismo las
grandes empresas "manipulan" (amañan) las reglas de juego
y "provocan" (inducen) el resultado que más les favorece.
Pasan a tener más fuerza las empresas (por
interpósitos países / representantes / sectores)
que los Gobiernos (colusión). En el bilateralismo
(si bien no se pueden evitar presiones indirectas de las grandes
empresas) los técnicos gubernamentales tienen "más
espacio" (autonomía) de negociación. En vez de productos / sectores
se pueden compensar partidas.

Por ejemplo: si España
negocia con Arabia Saudita intentando compensar las cifras de
importación de petróleo,
es éste país productor el que tendría que
seleccionar los productos a comprar (de una lista presentada por
España) para compensar las cuentas
comerciales. Esta sería la base del intercambio compensado
y la estructura
vertebral del Convenio Bilateral. Petróleo por alimentos.
Petróleo por automóviles. Petróleo por
medicamentos. Petróleo por servicios (o una mezcla de
varios bienes y servicios).

Así se podría negociar país por
país (o región por región), a partir de las
necesidades de importación y de las disponibilidades de
exportación. Y no más. Sólo
exportar para compensar lo que se necesita importar.
Podría darse el caso que algunos países (o
regiones) vean necesario "triangular" algunas mercancías
para compensar la oferta y
demanda.

Siguiendo el ejemplo de España y Arabia Saudita,
podría ser que el país petrolero necesitara
madera (que
España no produce). Dado el caso, para compensar las
importaciones petroleras con madera, España tendría
que buscar un país (o región) productor de madera a
la cual enviar alguno de sus productos (en el ejemplo: alimentos,
automóviles, medicamentos, servicios (o una mezcla de
bienes y servicios) y recibir a cambio la madera que
enviará (directamente) a Arabia Saudita a cambio del
petróleo. Así en cada caso, país por
país (o región a región) hasta cubrir las
necesidades de importaciones compensadas con las exportaciones de
productos (o servicios) propios o de terceros.

Al final, se trataría de movimientos de
mercancías (mínimamente de divisas) tratando
de utilizar los transportes de ida y vuelta (como hacen las
compañías de vuelos charter en las zonas
turísticas), ahorrando combustible y disminuyendo el
impacto medioambiental.

El proteccionismo debe servir para preservar e
incrementar el empleo. La economía al servicio del hombre
y no al revés. El mercado no es la bolsa. El mercado son
las personas que intercambian bienes y servicios.

¿Pueril? ¿Trivial? ¿Demasiado
simple? Tal vez, pero seguramente menos especulativo, virtual y
diletante.

La crisis debe (ojalá) hacernos más
modestos, humildes, realistas, finitos. Habrá que
"desglobalizar". Habrá que volver al campo y a las
fábricas. Los "servicios" deberán disminuir su
participación en el producto bruto y "ser reales", no
imaginarios. Los "servicios" deberán servir y no ser humo,
pirotecnia, timo, papel sobre papel.

Seguramente (lo estoy esperando) los "dogmáticos"
del librecambio, se echaran al cuello clamando que un modelo
proteccionista cercenará las posibilidades de desarrollo
de los países (o regiones) más pobres. En nombre de
los mercados, en ese mundo tan particular, el poder de la
palabra quedará reducido a la palabra del
poder.

Se les puede contestar (lo estoy deseando) que nunca se
ayudó menos al crecimiento de los países en
desarrollo que en los últimos 10 años. Los
países emergentes (hoy "sumergentes") fueron "banderas de
conveniencia" de las empresas multinacionales, que en nombre de
la deslocalización, expoliaban la materias primas y
explotaban el bajo costo de la mano de obra, hasta que en la
"cola de los pobres" apareciera otro país dispuesto a
realizar "mayores sacrificios" por la causa.

Así se pasó de China a Vietnam, de Vietnam
a Camboya, de Camboya a Laos… (la lista continúa).
Desafortunadamente para quienes sueñan con un mundo ideal,
la única verdad es la realidad.

Por otra parte, esos países (o regiones),
supuestamente exportadores quedan expuestos (mejor sería
decir, sometidos) a los dictados del país comprador. La
crisis económica actual es suficiente prueba del impacto
que produce en los países que tienen un alto porcentaje de
su producto bruto orientado hacia el mercado exterior. "La
proporción de las exportaciones chinas con respecto al PIB
aumentó desde el 38% a comienzos de 2002 hasta 67% en
2007" (Martin Wolf – Financial Times – 21/1/09).

La apertura comercial puede generar un alto grado de
vulnerabilidad. La balanza externa puede representar un factor
negativo para el crecimiento económico.

El comercio libre promueve el bienestar de los ricos,
peo no necesariamente el bienestar social, que debería
aplicarse a la gran mayoría de la población. No es de extrañar
entonces que las compañías multinacionales y sus
directores ejecutivos, con sus feudos industriales diseminados
por todo el mundo, adhieran fervientemente al comercio
libre.

El comercio
internacional beneficia a unas pocas empresas transnacionales
y a unas pocas familias propietarias, perjudicando o en el mejor
de los casos dejando en igualdad de
condiciones al resto de las empresas y familias, cualquiera sea
su lugar de radicación o residencia. Para mayor agravante
-si cabe- el libre comercio
-profetizado, publicitado e impuesto- es sólo una pantalla
para la financierización de la economía, que es el
objetivo más buscado (y por lo que se constata,
lamentablemente, alcanzado).

La idea del comercio libre se ha convertido en un mito.
Abogar por la no intervención es estar con el progreso, la
prosperidad y la paz. Lo contrario significa desafiar a Wall
Street, provocar la ira de los economistas, de los analistas
políticos y de gran parte de la prensa.

Cuando la liberación del comercio promueve la
industria, eleva la productividad en su conjunto, así como
el nivel de vida; pero cuando promueve los servicios a expensas
de la industria, la productividad y los ingresos disminuyen. La
industria y no el comercio, es la principal fuente de
prosperidad; la historia presente y pasada lo confirma de manera
determinante, es evidente que desde la década de los
setenta, los servicios han superado a la industria dentro de los
países desarrollados. Como consecuencia de ello, el
panorama económico en su conjunto ha sufrido una profunda
transformación. La liberación del comercio ha
resultado ser la profunda causa de esta
transformación.

La estrategia de
liberación / competitividad
/ degradación -históricamente-, respondería
a la siguiente secuencia:

  • 1) El paso de la era industrial a la era de los
    servicios (luego del conocimiento, finalmente del
    entretenimiento). La economía del espectáculo
    supera a la economía industrial.

  • 2) El paso de la economía productiva a
    la economía especulativa (financiera). La
    financierización y la virtualidad superan a la
    economía real. La economía se basa cada vez
    más sobre capital conceptual, en lugar de capital
    físico.

  • 3) Las empresas multinacionales (que son las
    mismas), y que están en un lado y en otro obligan a la
    liberalización / flexibilización /
    privatización / desregulación /
    deflación competitiva / empobrecimiento y precariedad
    laboral (todo se reduce a señales e interpretaciones
    del mercado; que son ellos mismos).

Estados Unidos (sede de la mayoría de las
empresas multinacionales) infecta la economía mundial
internacionalizando las mercancías, los capitales y los
conocimientos.

La trampa de la
globalización

Al internacionalizarse los mercados, empieza la batalla
de todos contra todos. Un comercio sin normas. Una
competencia despiadada y sin final. Paradójicamente, se
inicia la era de las desigualdades. El ganador se lleva todo. El
mercado y sólo en mercado manda.

Una sociedad de trabajadores sin trabajo. El miedo al
mañana, la angustia y la inseguridad,
impulsan esta nueva era. Trabajador de usar y tirar, disponible
en el momento justo y por el tiempo necesario, flexibilizado,
excluido, padeciendo de los modernos procedimientos de
reducción, desplazamiento y
reorganización.

¿Qué pueden decir los cómplices de
los sospechosos habituales?

¿Cómo pueden negar lo evidente?

¿Cómo ocultar -por más tiempo- que
los ganadores de la globalización son recompensados
mediante una prima adicional aportada por los
perdedores?

¿Cómo seguir engañando con que
todos seremos trabajadores del conocimiento
cuando la única alternativa es ser trabajadores de Wal
Mart o McDonald"s?

¿Cómo justificar el paso del "american
dream" al "american downsizing"?

¿Cómo pretender continuar con el
pensamiento único (el imperio del mercado) cuando los
resultados no parecen justificar el sacrificio?

¿Cómo continuar silenciando el poder de
unidades económicas en gran medida
incontrolables?

¿Cómo negar que la idea de un mercado
libre al margen de las leyes y
decisiones políticas que el mismo genera es pura
fantasía? ¿O que la renuncia del Gobierno a asumir
responsabilidades en la creación del mercado puede tener
costosas consecuencias?

El libre comercio, podrá resultar un
tópico cuya vigencia es muy difícil de remover,
pero cuya injusticia sigue siendo flagrante.

Los puristas del librecambio nos aplastan con el rodillo
económico y nos imponen un darwinismo económico
cainita y fatal.

La liberación, la desregulación y la
privatización castigan a la sociedad, avasallan la
dignidad
humana, amenazan el hábitat, debilitan progresivamente la
autoridad
gubernamental, y provocan el crepúsculo de la
piedad.

Hay que romper el ciclo de más comercio
internacional que constituye una amenaza para el medio
ambiente, la justicia
social y el empleo sostenible.

Al "Don Pirulero"
económico: cada cual, cada cual, atiende su
juego…

Los grandes exportadores mundiales en recesión.
Alemania, Japón y
hasta la "emergente" China (tercera potencia mundial,
según lo publicado el 14/1/09), padecen las consecuencias
de la crisis económica norteamericana que los "vientos" de
la globalización repartieron por el resto de los
países.

Las grandes potencias mundiales en recesión.
EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia… (la
lista continúa) toman medidas de urgencia para restablecer
(?) la estabilidad financiera, para atenuar el impacto de la
crisis económica, para paliar los efectos del paro masivo.
Estados "socorristas": prestamistas, garantes o socios e
inversionistas, de última instancia.

Los BRICs (¿alguien se acuerda?), otrora
potencias emergentes; algunas llamadas a superar a EEUU en el
2050, o tal vez antes… tan, o más, afectadas que
los países desarrollados. Sin demanda interna, o con
insuficiente demanda interna, han descubierto que sólo
eran la "orquesta" que tocaba alegres melodías en la
cubierta del Titanic. Sus gobiernos también deben anunciar
planes de rescate, inversiones y auxilio para sus respectivas
economías. Para peor no pueden "sacar los pies del plato".
Son financiadores de sus mayores clientes.
Están "obligados" a seguir subsidiando el consumo
-frívolo- de los norteamericanos (por encima de sus
posibilidades) para que la "rueda" siga andando.

Lindo panorama, de mano de obra esclava a financista del
irresponsable festín consumista. Ahora deben hacer
respiración asistida, cuando no boca a
boca, al adicto al consumo. Si el americano descubre que su
"dream" sólo era una "pesadilla", chau, milagro
económico, adiós BRICs. Bye, bye,
globalización.

Aunque el G 20 intentó mantener la compostura en
su reunión de noviembre de 2008 y simular algún
tipo de unidad de análisis y propuestas (hasta se llego a
hablar de "refundar" el capitalismo), la "única verdad"
fue que cada país pasó a "atender su juego" (como
el Don Pirulero). Posiblemente en la próxima
reunión de abril de 2009, si SuperObama no "obra el
milagro" de reunir la parroquia y multiplicar los panes, sea
más de lo mismo.

Una crisis común (inicialmente financiera,
devenida en económica, con escala técnica en
recesión, y parada final en depresión) de alcance
global, pero que impacta a los países de diferente manera
y que cada Gobierno (en la medida de sus posibilidades y de la
gravedad del caso) va intentando (aunque no logrando) abordar "a
su manera". Parece que hay algunas medicinas comunes, pero los
enfermos, médicos y boticarios son diferentes.

Ni siquiera la Unión
Europea, tan "entrenada" en las decisiones por consenso ha
logrado unificar criterios y procedimientos.

EEUU (como es tradicional) una vez que había
"contagiado" el SIDA
financiero por el mundo, se ha concentrado en intentar solucionar
sus problemas internos.

El Reino Unido (siempre tan pragmático e
insolidario, al menos con Europa) hizo lo
mismo, e incluso (a veces) hasta "anticipó" ciertas
soluciones a
los americanos (¿una pequeña venganza?) y a los
demás socios de la Unión Europea
(¿qué Unión, qué socios?). Hoy por
hoy, podría decirse que los planes de rescate, auxilio,
inversión pública y
nacionalización más "realistas" se originaron en el
Reino Unido, aunque los mayores montos ("poder de fuego") y la
mayor pirotecnia (efecto mediático) lo hayan puesto la Fed
y el departamento del Tesoro estadounidense.

Alemania, primero se negó a reconocer la crisis y
en 48 horas ("donde dije digo, digo Diego"), la canciller Merkel
tuvo que salir en auxilio de la banca (¿no era que los
bancos alemanes no habían sido afectados? ¿no eran
problemas privados de negocios
privados?), y lleva anunciados 2 planes de inversión
pública (porque el primero se quedó corto) para
"oxigenar" los pulmones tuberculosos de la economía
ex-renana (¿alguien recuerda el modelo
renano?).

Otro tanto han hecho (y siguen haciendo) Francia,
Italia,
España, Japón, China, India,
Brasil,
Rusia,…
(la lista continúa).

Cada cual como puede. Mucho déficit
público (¿recuerdan lo que decía, no hace
mucho, el FMI, la OCDE, el
BM, sobre las "maldades" del déficit público?, pues
ya nadie se "corta un pelo" por el superávit
primario… joder!). Mucha deuda pública
(¿quién la tomará? ¿a qué
costo?). Muchos planes de infraestructuras. Mucha obra
pública.

Que fluya el dinero
(¿verdad, Maestro Greenspan?). Ya veremos más
adelante como se recoge (sic Greenspan). Y "helicóptero"
Bernanke, pide "más madera"…

A esto es lo que denomino el "Don Pirulero
económico": cada cual, cada cual,… atiende su
juego… y el que no, y el que no,…

Si es cierto (y hasta el 14/1/09, fecha en que escribo
este apartado, no hay nada que lo desmienta) que cada país
(o región) debe asumir su "peste" y tratar de "curarse"
como pueda, únicamente apelando a las medicinas, recursos
y conocimientos propios, creo que estamos en un proceso de
desglobalización fáctica por la vía de la
incontestable realidad.

Una solución (espero que final) por el absurdo.
Entre todos la mataron y ella "solita" se murió. El toro
(y no sólo el de Wall Street) está para la
"puntilla". La "plaza" ansiosa. ¿Quién será
el torero? ¿Rabo, oreja o vuelta al ruedo?

Ante la larga y dolorosa depresión mundial y
frente a la soledad de cada Gobierno, no habrá otro
recurso (o mucho me equivoco, y seguro que
sí) que cerrar la economía (a nivel nacional o
regional). Aranceles y proteccionismo. Cada cual a vivir con lo
suyo. Cada cual a vivir según sus
posibilidades.

Algunos producirán neveras más caras y
nectarinas más baratas. Otros tendrán cereales
más baratos y tractores más caros. A muchos les
resultará más barato (en términos relativos)
producir mantequilla que acero y a otros al revés. Pero
todos (repito, todos) estarán llevando al máximo
posible la ocupación de mano de obra a nivel nacional o
regional.

¿No existirá más el comercio
internacional? No, de ningún modo. Pero se reducirá
bastante. A lo estrictamente necesario, para satisfacer las
necesidades reales (por producto y no por precio) de
cada país o región, y no a las artificiales,
superfluas, imaginarias, fantasiosas (y si me permiten, hasta
ridículas), inventadas por los mercaderes
multinacionales.

Las empresas transnacionales podrán seguir
vendiendo, pero para ello deberán instalar sus industrias
en el país (o región) cuya demanda les interese.
Productos por empleo; no divisas por desempleo. De eso
se trata. Ni más, ni menos. Así de simple.
Así de diferente.

Aquello de lo que el país (o región) puede
abastecerse internamente, no se importa; o si se importa es con
aranceles lo suficientemente altos para compensar (y si es
posible superar) los costos locales de
un producto similar. Aquello que un país no produce debe
importarse, intentando, en la mayor medida de lo posible,
compensarlo con exportaciones por montos equivalentes de
productos nacionales. Todo ello puede ser acompañado por
acuerdos bilaterales ("comprar a quien nos compre") que orienten
y apoyen a los empresarios nacionales en el comercio
internacional.

Para disgusto de los adictos a la modernidad (entre
los que no me incluyo) no hay nada que inventar. Ni TIC, ni tac;
ni BRICs, ni brac; ni productividad, ni competitividad;…
tal vez algo de memoria
tal vez recuperar algo de cordura. Hace falta una posguerra, no
en el sentido literal, pero sí desde el punto de vista de
que hay que utilizar más el sentido común y comprar
lo que necesitamos.

Un mundo de recursos limitados / estratégicos /
escasos, frente a ilimitada ficción fiduciaria y activos
financieros abundantes, reproducible y aparentemente
equivalentes. Términos del intercambio en creciente
desequilibrio que, tarde o temprano, revientan en busca de un
equilibrio real. En el camino, devaluaciones, burbujas y
sumideros.

Ahora que vuelve a estar de moda recordar a
Lincoln (Obama
dixit), les dejo a modo de conclusión una frase, para
ayudarles a hacer memoria (ya está todo inventado. O
sea):

"Eliminad los aranceles y apoyad el libre comercio, y
nuestros trabajadores serán reducidos en todos los
ámbitos de la economía al nivel de siervos y
pobres, como en Europa"

Abraham Lincoln, 16º Presidente de los Estados
Unidos de América
(1860 – 1865)

En los siguientes Apartados, les presento alguna
documentación de referencia (optativa). En
la hemeroteca hay ciertas alteraciones cronológicas (en su
caso), para facilitar el relato.

Remember

De mi Ensayo: Los
daños ocultos del librecambio – La doble vida de la
economía global
– Abril 2002

Parte Quinta

Simulaciones y…simuladores – (Para que no todo
siga así)

Perspectivas,…diagnósticos,…y
recetas comparadas…del FMI

(Descontructing trade)

Les invitamos a leer algunos párrafos del
Informe:
Perspectivas y desafíos de la política
económica, del FMI, de Octubre 2001 y nuestra replica
a los postulados sostenidos en él.

Más al Fondo

(Continuando con el Capitulo II del Informe:
Vínculos internacionales: tres perspectivas)

El sistema de comercio mundial: de Seatlle a
Doha

(Párrafos significativos y sugerentes)

…Lo que está en juego…es…:
Mejorar las perspectivas del crecimiento mundial mediante una
mayor liberación del mercado (campo en el que aún
queda mucho por hacer pese a los avances ya conseguidos) y
consolidar la función del libre comercio como elemento de
la globalización para seguir elevando los niveles de vida
de los países ricos y de los países
pobres…

El extraordinario auge de la economía mundial
desde la Segunda Guerra
Mundial es en cierta medida resultado de la liberación
del comercio exterior. Las ocho rondas de negociaciones
comerciales multilaterales, incluida la más reciente que
culmino en 1994 -la Ronda Uruguay
fueron las piedras angulares de este proceso…

Una de las consecuencias de este proceso ha sido que la
tasa de expansión del comercio mundial internacional, que
en los últimos 20 años alcanzó niveles dos
veces mayores que la tasa de crecimiento del PIB real mundial (6%
frente a 3%) ha intensificado la integración
económica…

La mayor expansión fue en los países en
desarrollo… Actualmente realizan un tercio del comercio
mundial, frente a aproximadamente un cuarto del comercio total a
principios de
los años setenta; además, el 40% de sus
exportaciones se destinan a otros países en desarrollo.
Así mismo, los países en desarrollo, sobre todo los
de mercados emergentes que se unieron a la tendencia de
redistribución geográfica del proceso productivo y
de rápida expansión del comercio intrasectorial,
han contribuido a la reorientación del comercio mundial
hacia la producción de manufacturas y servicios
comerciales…

Actualmente la tasa arancelaria consolidada (no
ponderada) que los países industriales aplican a las
manufacturas es bastante baja, alrededor de un 4% en promedio, en
tanto que los países en desarrollo imponen una tasa de 20%
aunque el arancel efectivamente aplicado es menor (en los
países en desarrollo, la tasa arancelaria efectiva
asciende, en promedio, a 13%, nivel significativamente más
bajo que los aranceles consolidados)…

Los países están ampliando la
liberación del comercio en el marco de acuerdos
regionales… Así mismo, la liberación
unilateral, que es uno de los principales mecanismos utilizados
por las economías en desarrollo y en transición
para liberalizar sus regímenes comerciales, se ha
intensificado en los dos últimos años… En
Asia… África,
Caribe y, en el Oriente Medio, muchos países han seguido
desmantelando en forma unilateral sus regímenes de
comercio exterior y de inversión…

No obstante, la evolución no ha sido del todo
positiva… Se ha observado una clara tendencia de
intensificación de las actividades antidumping, tanto de
los países industriales como de los países en
desarrollo y creciente preocupación por la
aparición de barreras no transparentes mediante la
adopción de normas técnicas y
sanitarias…

Con respecto al sector agropecuario, la
arancelización de las restricciones cuantitativas en el
marco de la Ronda Uruguay ha dado lugar a tasas arancelarias
sumamente elevadas, y aun no se han establecido los niveles de
acceso mínimo negociados durante la Ronda Uruguay;…
si bien se han reducido las subvenciones directas a las
exportaciones, el respaldo total a los productores del sector
agropecuario de los países de la OCDE ha cambiado muy poco
en relación con el periodo base (1986 – 88)
correspondiente a la Ronda Uruguay. Además, algunos
analistas consideran que la propagación de los acuerdos de
comercio regionales podría perjudicar el sistema de
comercio internacional, sobre todo, ante la falta de avances en
el frente multilateral…

El comercio internacional en el periodo posterior a la
Ronda Uruguay. La Ronda Uruguay fue una de las negociaciones
multilaterales más importantes en cuanto a su alcance y
los resultados obtenidos. Al eliminar prácticamente todas
las barreras no arancelarias a más tardar en 2005 y
reducir sustancialmente los aranceles, representa la
culminación de todas las rondas anteriores. Se calcula que
la mera reducción de los aranceles reportara ventajas por
un valor de US$ 200.000 millones al año y, de esta cifra
el beneficio para todos los países en desarrollo quedara
comprendido entre US$ 50.000 y US$ 90.000
millones…

Pese a estos avances, el sistema de comercio
multilateral enfrenta grandes desafíos… Los propios
países en desarrollo imponen aranceles elevados sobre las
importaciones; los aranceles medios sobre los bienes industriales
son tres veces mayores que los que aplican los países
industriales. Estas barreras imponen un costo sobre todos los
países y, si se eliminan, podría obtenerse las
ventajas sustanciales que ofrece la liberación comercial
recíproca…

Tanto los países industriales como los
países en desarrollo han solicitado que se adopten en el
marco de la OMC normas más rigurosas sobre la
política de la competencia, la inversión, la
contratación pública, el antidumping y otras
medidas de salvaguardia, las normas sobre salud y productos y el
comercio electrónico. Así mismo, a medida que el
comercio y el proceso de globalización de las
economías de los países industriales se han vuelto
más visibles, la sociedad civil ha
exigido que en el sistema de comercio internacional se tengan en
cuenta asuntos no comerciales como, por ejemplo, las normas
laborales y ecológicas…

Muchos países en desarrollo consideran que se les
ha impuesto la carga financiera de llevar a la práctica
acuerdos en campos como los derechos de propiedad
intelectual relacionados con el comercio y la
valoración aduanera, sin poder gozar de las ventajas que
ofrece un mejor acceso a los mercados que les
interesan…

Posibles ventajas de una nueva ronda de negociaciones
comerciales para el bienestar

Cabe preguntarse cuales serian si se reducen las
barreras comerciales existentes y como se distribuirían
estos beneficios en los países.

Cuantificar los beneficios y las perdidas en una tarea
compleja… las cifras que se presentan a
continuación se basan en simulaciones de dos modelos de
equilibrio general de uso común, y corresponden a
estimaciones conservadoras y liberales de los beneficios de la
liberación del comercio. El modelo GTAP (Global Trade
Analisis Proyect) es estático y de competencia
perfecta, y los únicos beneficios para el bienestar
son los que genera la reasignación de los recursos
existentes -en capital y mano de obra- según las ventajas
comparativas de cada país. El modelo de Michigan, en
cambio, presupone competencia imperfecta en los sectores de
manufacturas y servicios. Ello tiende a traducirse en beneficios
más elevados en estos sectores ya que la liberación
comercial también reduce los precios por el efecto que
tienen el aumento de la competencia y los rendimientos a
escala…

Según estimaciones, el beneficio anual como
consecuencia de la plena liberación del comercio de
mercancías podría ubicarse, en el caso de los
países industriales, entre US$ 146.000 millones y US$
489.000 millones (entre ½% y ¾% del PIB) y entre
US$ 108.000 millones y US$ 188.000 millones (entre 1 ¼% y
3% del PIB) para los países en desarrollo. Como porcentaje
del PIB, los beneficios de los países en desarrollo son
mayores que los de los países industriales porque sus
barreras comerciales y las distorsiones que estas provocan son,
en promedio, mucho más elevadas.

Así mismo, los resultados de estas simulaciones
sustentan una de las conclusiones básicas de la teoría
del comercio internacional: Los países se favorecen del
comercio exterior en casi todas las condiciones y los
países que liberan su comercio reciben más
beneficios en términos de bienestar que sus socios
comerciales. Según las simulaciones efectuadas con el
modelo GTAP, si los países en desarrollo liberasen
plenamente el régimen comercial que aplican a las
mercancías en 2005 (periodo posterior a la Ronda Uruguay)
obtendrían ganancias anuales en bienestar de US$ 65.000
millones, frente a US$ 108.000 millones con la plena
liberación a escala mundial, es decir, casi el 60% del
beneficio total…

Monografias.com

En vista del peso importante que tienen los servicios en
la mayoría de las economías y las elevadas barreras
comerciales que aún persisten en este sector, la
eliminación de estos obstáculos en el marco de una
nueva ronda de negociaciones incrementaría
considerablemente las ganancias en bienestar en todo el mundo.
Los resultados que se obtienen de las simulaciones del modelo de
Michigan, que incluyen los servicios, indican que los beneficios
podrían ser de aproximadamente el doble que los que
resultarían de la liberación del comercio de
mercancías en el caso de los países industriales, y
que serian aproximadamente iguales en el caso de los
países en desarrollo.

Pese a que no tienen en cuenta las ventajas
dinámicas del comercio, los resultados de las simulaciones
indican que en términos generales todos los países
obtendrán grandes ganancias en bienestar si se intensifica
la liberación multilateral en el periodo posterior a la
Ronda Uruguay.

Conclusión

El alcance de la nueva ronda deberá ser
suficientemente amplio como para que se efectúen
concesiones reciprocas entre los sectores y la resolución
de los problemas. Los objetivos en
cuanto al acceso a los mercados deberán ser ambiciosos y
encaminarse a lograr reducciones sustanciales o a eliminar las
barreras al comercio en los sectores donde las protecciones
restantes son más fuertes: el sector agropecuario, las
manufacturas de uso intensivo de mano de obra y los servicios.
Tanto los países industriales como los países en
desarrollo podrían beneficiarse de manera sustancial de la
liberación de estos sectores. Para facilitar un comercio
libre y no discriminatorio, deberán aclararse y
fortalecerse las normas que rigen el comercio multilateral, sobre
todo en lo que se refiere a los aspectos más susceptibles
de ser el blanco de intereses proteccionistas (por ejemplo, las
medidas antidumping y otras medidas de salvaguardia, y las normas
sanitarias, de seguridad y normas ecológicas) y
deberá perfeccionarse el mecanismo de solución de
diferencias…

De no lograrse avances tangibles en la
organización de una nueva ronda de negociaciones
comerciales se reducirá la confianza en el sistema de
comercio multilateral y se socavara el compromiso a seguir
liberalizando el comercio exterior…

En este entorno, el recurso a acuerdos de comercio
regionales podría, en última instancia, perjudicar
a la economía mundial. El GATT (ahora OMC) se
creó expresamente para evitar que surjan bloques
económicos hostiles. De no celebrarse una nueva ronda
de negociaciones, podría verse amenazada la
primacía del multiculturalismo sobre el regionalismo. Ello
sería especialmente nocivo para los países
más pobres, porque podrían terminar siendo aun
más marginados.

(Del Recuadro 2.4: Criticas a una nueva ronda de
negociaciones comerciales)

(Párrafos significativos y sugerentes)

…Los que se oponen a una nueva ronda de
negociaciones aducen dos inquietudes principales. La primera es
que la globalización, sobre todo la liberación del
comercio exterior, ha ampliado la brecha entre ricos y pobres, de
modo que los beneficios de una nueva ronda no se
distribuirían equitativamente. La segunda inquietud es
que, al reducirse las protecciones fronterizas, las negociaciones
comerciales se han centrado más en las políticas
internas de los países, con lo cual se ha limitado el
margen de maniobra de las autoridades nacionales para resolver
problemas
sociales.

Se ha ampliado la brecha entre ricos y pobres como
resultado de la globalización?

Existe la percepción
de que la apertura comercial y el proceso de globalización
están ampliando la brecha entre ricos y pobres tanto a
nivel interno como entre los países. En los países
industriales, la globalización preocupa porque se sospecha
que reduce los salarios relativos y las oportunidades de empleo
de los trabajadores no calificados. En general, las numerosas
investigaciones que se han realizado al respecto
señalan que, por sí misma, la competencia de las
importaciones ha tenido un efecto relativamente reducido en los
salarios de los trabajadores no calificados de los países
industriales. Los factores que más los han afectado son el
cambio tecnológico y las migraciones. Aun así, los
efectos negativos sobre los trabajadores no calificados de las
tendencias del mercado laboral, cualquiera sea su fuente,
subrayan la necesidad de seguir prestando atención a las redes de protección
social y a la educación.

A escala internacional, las pruebas
acumuladas respaldan firmemente la tesis de que la apertura
comercial estimula el crecimiento económico. Aunque la
brecha del ingreso de muchos países en desarrollo se ha
ampliado con respecto a los países industriales, ciertos
países que han logrado integrarse a la economía
mundial están reduciendo esta brecha al conjugar la
apertura comercial con condiciones macroeconómicas
estables, una interferencia limitada del gobierno, y un aumento
de la inversión institucional y en
infraestructura…

Interfieren las reglas del comercio en la
formulación de políticas internas?

A medida que se fueron reduciendo los obstáculos
en la frontera,
fueron cobrando mayor importancia otros obstáculos al
comercio que se refieren a la política interna, como los
subsidios a las industrias y los derechos de propiedad
intelectual (temas tratados en las
negociaciones anteriores) y, más recientemente, a la
política de inversión y competencia. Si bien muchos
analistas consideran que esta tendencia es necesaria para que las
normas que regulan el comercio sigan siendo testimoniales, otros
las consideran un tema polémico, sobre todo porque
entraña aspectos sociales de alcance mayor y reduce el
margen para formular medidas en campos que tradicionalmente han
sido dominio de las
autoridades nacionales.

En este contexto, algunos grupos de
intereses de los países industriales sostienen que es
necesaria una mayor coordinación internacional o una mayor
convergencia de normas para atenuar las presiones a favor de un
comercio totalmente libre y evitar una competencia destructiva.
Sin protección, las empresas que buscan una ventaja
competitiva reducirán entonces sus costos
trasladándose a países de bajo ingreso donde las
normas laborales y ecológicas son menos rigurosas…
La información empírica de que se
dispone actualmente no respalda la tesis de que la apertura
comercial socava las instituciones internas. Además, no
está claro si las normas que regulan el comercio son el
mecanismo ideal para fortalecer las normas ecológicas y
laborales, las cuales no forman directamente parte del
ámbito del comercio exterior. Un enfoque mejor focalizado,
que evitaría tener que aplicar sanciones comerciales que
pudiesen perjudicar a los trabajadores de ciertos sectores, se
basaría en un esfuerzo cooperativo instrumentado a
través de mecanismos e instituciones especializados. Por
último y más importante, la utilización del
régimen comercial para establecer normas uniformes en
estos campos puede imponer costos en los países en
desarrollo que reducen su competitividad y ventajas comparativas,
trayendo consigo una disminución global del bienestar y
ejerciendo una función similar a una protección
comercial.

En cambio, muchas organizaciones no
gubernamentales (ONGs) y países en desarrollo sostienen
que en una serie de campos las normas que actualmente regulan el
comercio ya son, de hecho, demasiado estrictas y deberán
modificarse para ofrecer mayor flexibilidad a los países
en función de sus capacidades y etapa de desarrollo.
Sostienen que los países ricos dominan las negociaciones
comerciales y establecen reglas que responden a sus propios
intereses; además, señalan el costo que significa
adoptar una reglamentación y normas similares a las de los
países industriales, así como el efecto de las
normas sobre los derechos de propiedad intelectual en
ámbitos como la producción nacional de medicinas de
bajo costo para hacer frente a enfermedades devastadoras
como el sida. Si bien son
validas muchas de estas recomendaciones a favor de una mayor
flexibilidad, a nivel fundamental deberá reconocerse que
la protección de los derechos de propiedad intelectual
estimula la innovación y que la adopción de un
sistema de comercio basado en normas tiende a proteger a los
más vulnerables de los más poderosos. Cabe
mencionar que, en general, los países en desarrollo que
recurrieron al mecanismo de solución de diferencias en el
marco de la OMC obtuvieron resultados
favorables…

Desmontando al FMI

Qué diferencia hay entre una verdad y una
falsedad?

Qué diferencia hay entre una media verdad y una
mentira a
medias?

Cuándo se manipula? Cuándo se
intoxica?

Veamos…

Intentaremos desmontar algunos de los argumentos
utilizados. Luego ustedes califican…

A – El extraordinario auge de la economía mundial
desde la Segunda Guerra Mundial es
en cierta medida resultado de la liberación del comercio
exterior.

En el siguiente cuadro se presentan datos del propio
FMI en los puede verse la evolución histórica,
desde 1982 en adelante y las proyecciones hasta el 2005, y hasta
el 2008, del Banco Mundial,
de las economías avanzadas, países en desarrollo y
países en transición.

Monografias.com

Del cuadro anterior se puede comentar lo
siguiente:

  • 1) El PIB real mundial ha tenido un mejor
    comportamiento en el periodo 1982 – 89 (promedio de ocho
    años, variación porcentual) (3.0%), e incluso
    que en el periodo 1998 – 2001 (promedio de cuatro
    años, variación porcentual) (3.5%). Las
    proyecciones 2002 – 2005 planean un crecimiento del 4.2%;
    cifra modificada en las estimaciones del BM para el periodo
    2002 – 2008 que lleva la cifra al 3.2%.

  • 2) Las economías avanzadas mejoran en el
    periodo 1998 – 2001 (3%) con respecto al anterior, 1990 – 97
    (2.6%), aunque no alcanzan a superar el promedio del tramo
    1982 – 89 (3.4%). Las proyecciones -más conservadoras
    del BM- llevan el crecimiento del periodo 2002 – 2008 al
    2.7%.

  • 3) Los países en desarrollo disminuyen
    su ritmo en el periodo 1998 – 2001 (4.4%) con referencia al
    anterior 1990 – 97 (5.8%) y sólo logran igualar lo
    alcanzado en el tramo 1982 – 89 (4.3%). Las proyecciones del
    BM llevan el crecimiento del periodo 2002 – 2008 al
    4.9%.

  • 4) Los países en transición no
    llegan a recuperar en el periodo 1998 – 2001 (1.8%) el ritmo
    de crecimiento alcanzado para el correspondiente al de 1982 –
    89 (3.1%) y sólo muestran un resultado aceptable si se
    comparan con el periodo 1990 – 97 (de involución
    absoluta) (-5.1%). Tampoco la proyección del BM 2002 –
    2008 (3.7%) mejora mucho los resultados en el periodo 1982 –
    89.

A la vista de estos resultados no pareciera que la
globalización (y su hijo predilecto el comercio mundial)
hubiera provocado un ritmo de crecimiento económico por
sobre la tendencia anterior.

B – Una de las consecuencias de este proceso ha sido la
tasa de expansión del comercio internacional que en los
últimos 20 años… ha intensificado la
integración económica… La
mayor expansión fue en los países en
desarrollo…

Por seguir con la misma fuente, aunque a lo largo del
ensayo hay mucha más información de contraste,
digamos:

  • 5) Con referencia al volumen del comercio
    mundial, se destaca el mayor ritmo de crecimiento de las
    importaciones de los países en desarrollo que alcanza
    un 9.3% en el periodo 1990 – 97, cuando en el tramo 1982 – 89
    lo había hecho al 1.1%. Mientras los países
    desarrollados disminuyen el ritmo de crecimiento del periodo
    1990 – 97 (6.1%) con respecto al periodo 1982 – 89
    (6.4%).

Estas cifras parecen desmentir la teoría
-políticamente correcta, aunque no sostenible- con
respecto a que la apertura comercial beneficia a los
países menos desarrollados. Si bien en el periodo 1998 –
2001 la posición relativa mejora: economías
avanzadas 6.9%, países en desarrollo 4.5%, en las
proyecciones del FMI 2002 – 2005 la situación nuevamente
se revierte: economías avanzadas 6.2%, países en
desarrollo 9.1%.

  • 6) Visto del lado de las exportaciones el
    volumen del comercio mundial tampoco permite una
    comparación del crecimiento que favorezca a los
    países en desarrollo, dado que al ritmo del periodo
    1990 – 97 (9.4%) hay que compararlo con el periodo 1982 – 89
    (3.8%) notablemente más elevado que su
    simétrico de importaciones (1.2% en el periodo 1982 –
    89).

Tampoco las proyecciones favorecen las expectativas de
un mayor beneficio exportador dado que a un crecimiento del 8.8%
en el periodo 2002 – 2005 para las exportaciones se cruza un
crecimiento del 9.1% en igual periodo para las
importaciones.

  • 7) Las relaciones de intercambio siempre van a
    menos, en 1982 – 89 (-3.5%), en 1998 – 2001 (-0.5%) y en 2002
    – 2005 (-0.3%).

  • 8) Tampoco la balanza en cuenta corriente
    muestra una mejoría destacable, pasando de representar
    un déficit equivalente al 2.2% del PIB como promedio
    de ocho años para el periodo 1982 – 89, a un
    déficit (proyectado) equivalente al 2.2% del PIB como
    promedio de cuatro años para el periodo 2002 – 2005
    (una mejora del 32% en un periodo de 23
    años?).

  • 9) La consecuencia de todo ello se evidencia en
    la evolución de la deuda externa total que pasa de
    representar el 37.2% en el periodo 1982 – 89, al 36% en el
    periodo 1990 – 97, y al 36.7% del PIB en el periodo 1998 –
    2001, para recién llegar -en el terreno de las
    promesas- al equivalente a un 32.2% del PIB para el periodo
    2002 – 2005 (una mejora del 13% en un periodo de 23
    años?).

  • 10) Aún peor resulta el comportamiento
    del servicio de la deuda, que se mantiene casi inalterable a
    lo largo del periodo en análisis: 1982 – 89 (4.6% del
    PIB), 1990 – 97 (4.8% del PIB), 1998 – 2001 (5.8% del PIB) y
    proyectado 2002 – 2005 (4.9% del PIB).

A partir de esta lectura
-cifras insospechables ofrecidas por el FMI y el BM- cabe
preguntarles:

Han sido los países en desarrollo beneficiarios
de la globalización, de la apertura comercial y del libre
movimiento de capitales (financierización, la otra hija
del proceso de mundialización)?

C – (Los países en desarrollo)…
actualmente realizan un tercio del comercio mundial, frente a
aproximadamente un cuarto del comercio total a principios de los
setenta…

Decir falso suena muy fuerte. Por ello les aportamos los
datos y ustedes ponen el calificativo.

El BM en su Informe: World Developments Indicators
(2001), Cuadro 6.2: Dirección y crecimiento del comercio de
mercancías (que ya utilizamos en otro apartado del
presente ensayo) nos señala:

Para 1999: Total de importaciones de los países
de altos ingresos desde los países de medios y bajos
ingresos por un equivalente al 18.3%.

Para 1999: Total de importaciones de los países
de medios y bajos ingresos desde los países de medios y
bajos ingresos por un equivalente al 6.9%.

El mismo BM consolida los datos y asigna a los
países de ingresos medios y bajos una participación
en el comercio mundial para 1999 equivalente al 25.2% (18.3 +
6.9).

Exactamente la cifra que el FMI indicaba
(peyorativamente) como la alcanzada por el comercio de los
países en desarrollo en los años
setenta.

Tampoco por el lado de los crecimientos del comercio
parecen llevar razón (al menos tanta):

Para el periodo 1989 – 99, mientras las exportaciones de
los países de altos ingresos alcanzaron un crecimiento del
5.7% en su comercio entre ellos, los países de ingresos
medianos y bajos lograron aumentar sus exportaciones a los
países de altos ingresos en 9.1%.

En el mismo periodo (1989 – 99) mientras las
exportaciones de los países de altos ingresos alcanzaron
un crecimiento del 6.1% con los países de ingresos medios
y bajos, los países de ingresos medios y bajos lograron
aumentar un 9.2% en su comercio entre ellos.

Si bien las estadísticas siempre se pueden interpretar
según el cristal por el que se las mira, como dicen en mi
tierra, más pronto se atrapa a un mentiroso, que a un
cojo…

D – Lo que está en juego… es…
mejorar las perspectivas del comercio mundial mediante la mayor
liberación del comercio (campo en el que aún queda
mucho por hacer pese a los avances conseguidos) y consolidar la
función del libre comercio como elemento de la
globalización para seguir elevando los niveles de vida de
los países ricos y de los países
pobres…

Para aquellos a los que pueda interesar una
radiografía de la década (1990 – 1999) se presenta
un conjunto de indicadores
económicos para los países en desarrollo, excluidos
los países pobres muy endeudados (PPME), a partir de los
datos del FMI (mayo 2000)

Monografias.com

El único indicador que ha tenido un cambio
significativo en la década -globalizada y aperturista-
para los países en desarrollo (excluidos PPME) ha sido el
índice de inflación del IPC, consecuencia de los
acuerdos con el FMI, léase: planes de reducción del
gasto
público, aumento de los impuestos,
recesiones inducidas, privatizaciones, disminución del gasto
social, etc.; y la presión de
los amigos de la banca para asegurarse: la rentabilidad de las
inversiones a corto plazo -especulativas- en los países
emergentes. Las demás variaciones -insignificantes- las
podríamos denominar diferencias de redondeo. O
sea.

E – Actualmente la tasa arancelaria consolidada (no
ponderada) que los países industriales aplican a las
manufacturas es bastante baja, alrededor de un 4% en
promedio…

Según el Cuadro 6.6 (Tariff barriers) publicado
por el BM en su World Development Indicators (2001), que
desarrollamos y comentamos en la Parte Segunda de este ensayo
(TCEX 2.12), se puede observar lo siguiente:

Monografias.com

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
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